Mario CASTELLANOS ALCAZAR
Sin duda, que la detención de Ovidio Guzmán López, líder del cártel de Sinaloa, el 5 de enero del presente año, fue bajo presión del presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden, al gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ya tenía esta cuenta pendiente, luego de que el 17 de octubre del año 2019, fue capturado por primera vez- y en cuestión de horas fue puesto en libertad por órdenes del gobierno mexicano para evitar mayor violencia.
En efecto, la recaptura de Ovidio, hijo de Joaquín “Chapo” Guzmán, el jefe mayor del cártel de referencia tiene tintes políticos entre los Jefes de Estado, el de México y EU, precisamente a 4 días de la realización, en México, de La Cumbre de Líderes de América del Norte, que se realizará del 9 al 10 de enero.
La Cumbre será de tres, al que asistirán los presidentes de EU, Canadá y el de México: Biden, Trudeau y Andrés Manuel Obrador, respectivamente, para tratar asuntos trilaterales en el aspecto comercial, seguridad, Migración, clima y competitividad económica.
La condición de EU, respaldada por Canadá, fue esa, la detención de Ovidio, quien había sido investigado y condenado por los delitos de tráfico de drogas y todo, lo relacionado al consumo de enervantes, traficados al país del norte, principalmente a EU, incluso, el presidente estadounidense había ofertado 5 millones de dólares a quien proporcionara información del paradero del ahora detenido en la entidad de Culiacán, Sinaloa, por segunda vez.
Por supuesto -que es una señal, malagüera, que demuestra la sumisión que tiene el presidente de México, ante su homólogo de Estados Unidos de América, luego, que Obrador no asistió en junio del año 2022 a la Cumbre de las Américas, realizada en el vecino país del norte, por el capricho de no ser invitados los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo que causó polémica entre ambos gobiernos, que de por sí, no son afines- y por supuesto, existen profundas diferencias.
Ovidio Guzmán López fue detenido en Culiacán, Sinaloa, tras las investigaciones de la DEA, Agencia de Investigaciones de EU, sin tomar en cuenta al presidente mexicano, lo que causó fuertes fricciones entre ambos gobiernos, que no han limado sus discrepancias, lo que ha repercutido en la solución al problema de la migración, por lo que los migrantes mexicanos ,al igual que de otros países de Centroamérica son despreciados y deportados a sus territorios de origen.
Esto no termina con la detención de Ovidio, capturado por segunda vez por el Ejército Mexicano y la Marina, en Culiacán, trasladado al penal del Altiplano y desde luego, será extraditado a Estados Unidos, donde será juzgado por los tribunales, en donde también se encuentra encarcelado su padre, Joaquín “Chapo” Guzmán, por los mismos delitos relacionados al narcotráfico.
Mientras en México continua la violencia sobre todo en Culiacán, Sinaloa, en donde, luego de la detención de Ovidio, se soltó una ola de ataques, que no es más, que el terrorismo de parte de la delincuencia organizada, que inició con bloqueos en carreteras, enfrentamientos, quema de vehículos, balaceras en el aeropuerto de Culiacán, afectando dos aviones, por lo que la terminal aérea fue cerrada, así, como también, cerró el comercio, hasta lograr la libertad de Ovidio-
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